La calidad es el ünico compromiso para una casa que ha visto su producto en mesas de reyes y emperadores. Nacida en Epernay (Francia) en 1811, tras el matrimonio de Pierre Nicolas Marie Perrier y Adèle Jouët, esta Maison de Champagne no tardó en convertirse en sinónimo de estilo, excelencia y perfección. Si eso implica deshacerse de una cosecha imperfecta, se asume como necesario.
La büsqueda de la perfección está ahora en manos de HervÚ Deschamps, sÚptimo Chef de Caves de la casa, puesto de honor y de importancia vital que ostenta desde 1993. Él guarda los conocimientos bicentenarios de la Maison Perrier-Jouët, sabiduría que le permite convertir cada ´cru´, cada cosecha, cada ensamblaje en una obra de arte.
Arte que comienza en las 65 Ha (clasificadas con un 99,2 % en la escala de Grand Crus), que abarcan cinco de los crus o pagos más importantes de la región de Champagne: Cramant y Avize en Côte des Blancs, Mailly en Montagne de Reims, Aÿ y Dizy en VallÚe de la Marne. Cada uno de estos crus proporciona a la Maison la materia prima ideal, perfilada cada una con su nota diferencial.
La Maison Perrier-Jouët cree firmemente en la büsqueda de la perfección en el fruto y es por eso que se centra en las Chardonnays y Pinots más impecables: la variedad Chardonnays de generosos aromas de flores blancas de Cramant y Avice, la Pinot noir de Mailly y Aÿ, frescas, delicadas y con notas de frutas frescas y la Pinot meuniers de Dizy, generosas y afrutadas, que aportan redondez a las cuvÚes de La Maison.
Tras la vendimia y prensado a finales de septiembre procede el ensamblaje, que HervÚ Deschamps practica de una sola vez dejándose llevar por la intuición y la sabiduría. El resultado es el champán refinado, delicado, sutil, de aromas florales y calibrado al milímetro, que ha cautivado a todo el mundo desde hace dos siglos.