Otro ejemplo más de cómo la Garnacha riojana ha pasado en apenas unos años de ser una variedad oculta, camuflada, apenas empleada para maquillar un ensamblaje, a triunfar en solitario en vinos de gama medio alta. Viñas viejas que han sobrevivido en zonas como el Alto Najerilla, al sur de la Rioja Alta, o en Monte Yerga, en la Rioja Oriental, y que ahora dan un rendimiento en calidad extraordinario. La bodega Viñedos Sierra Cantabria dispone, sin embargo, de unos viñedos casi centenarios de Garnacha en la Sonsierra, zona norte, de gran influencia atlántica y maduración tardía, y elabora este Sierra Cantabria Garnacha de gran frescura y elegancia, con una crianza de 14 meses en madera francesa principalmente usada. Un vino de buena fruta y madera comedida, que merece la pena probar.