La bodega de Carmelo Rodero pasa por ser una de las de mayor tradición viticultora de la zona. Ubicada en la población de Pedrosa de Duero, el conocimiento de la tierra pasa de padres a hijos, de generación en generación hasta el punto de fundar la cooperativa de Pedrosa de Duero y que sus primeras uvas fueran compradas por Vega Sicilia. Así hasta que Carmelo Rodero IV generación decidiera montar su propia bodega y elaborar sus vinos con la ayuda de toda su familia, como siempre se ha hecho, como este tinto joven roble pleno de carácter ribera y espíritu tempranillo.